Interfaces

Piaggio Gita, un nuevo concepto de movilidad

Desde que Dean Kamen lanzara el Segway PT en 2001, y pese a su difícil desarrollo, se han ido multiplicando las versiones de este revolucionario pero nunca bien implementado medio de transporte personal. El invento de Kamen no consiguió el éxito esperado debido a las limitaciones de autonomía y el peso del vehículo, mientras diversas empresas chinas desarrollaban sus propios productos a partir de la tecnología de Segway. Finalmente, en 2015 Segway fue adquirida por la empresa china Ninebot, coincidiendo con un boom en la comercialización de patinetes eléctricos y otros medios de transporte personales que han propuesto alternativas más ligeras y baratas al Segway PT. Con todo, estos vehículos tampoco han logrado transformar radicalmente el transporte en las ciudades, siendo de momento los adolescentes su público objetivo, mientras ha crecido el uso de las bicicletas y los dispositivos de actividad (pulseras, relojes, etc.) han impulsado a los usuarios a caminar más.

En este contexto, la veterana empresa italiana Piaggio, creadora de la popular Vespa, se ha planteado su papel en el futuro de la mobilidad urbana, para lo cual funda en 2015 Piaggio Fast Forward (PFF), un laboratorio dedicado a imaginar y desarrollar los medios de transporte personal adecuados a las ciudades actuales, aprovechando los últimos avances tecnológicos. En lugar de crear un nuevo patinete o una versión de la Vespa para el siglo XXI, PFF se ha centrado en un vehículo que acompaña al usuario y le libera de cargar con bolsas y otros objetos. Gita es, por tanto, un vehículo robótico diseñado para moverse de manera independiente, siguiendo a su “amo” mientras registra lo que ocurre a su alrededor.

 

Con forma de cilindro flanqueado por dos grandes ruedas, Gita dispone en su cuerpo central de un espacio de almacenamiento con una tapa que se puede bloquear con la huella dactilar, una pantalla táctil y diversas cámaras y sensores que le permiten analizar su entorno para detectar obstáculos o reconocer espacios. El robot elabora un mapa en 3D de los espacios que ha recorrido para poder desplazarse por ellos de manera autónoma, yendo de un punto prefijado a otro. También puede seguir al usuario allá donde vaya, gracias a un dispositivo que este último debe llevar consigo para ser reconocido por el vehículo. Su forma cilíndrica y las dos grandes ruedas le permiten desplazarse por los mismos espacios por los que transita una persona, incluyendo pasillos de oficinas, ascensores, y cualquier rampa habilitada para una silla de ruedas. Se trata de un vehículo pensado para un entorno urbano, que puede ser particularmente útil en grandes oficinas (como mensajero) así como para personas mayores o con dificultades para transportar bultos medianos.

 

Pensado para interactuar con espacios ocupados por humanos, el robot dispone de varias maneras de comunicarse, gracias a un sistema de luces LED en las ruedas y sonidos, y está fabricado con materiales duraderos y un sistema de seguridad que permite al robot transportar objetos o conservarlos sin el peligro de que sean sustraídos. Los diseñadores preven varios usos posibles para Gita, desde el de acompañar a un usuario a hacer la compra y llevarle las bolsas a transportar el correo mientras el cartero lo distribuye por el barrio o funcionar como mensajero en el interior de una oficina. También se ha previsto la posibilidad de crear un servicio de alquiler de Gitas, de manera similar al de las bicicletas, para que cualquiera pueda emplear uno en el momento que lo necesite.

Todas estas opciones son de momento ideas que tardarán en implantarse y que requerirán un posterior desarrollo del producto, puesto que, al igual que el Segway PT, Gita deberá ganar autonomía y perder peso y volumen para llegar a un público más amplio. De momento, el robot puede alojar un volumen de 32 litros (equivalente a una mochila mediana o dos bolsas de la compra) y tiene una autonomía de 8 horas, que seguramente se reduce bastante en función de su uso. Dado el tamaño del aparato y el mantenimiento que requiere (con la recarga diaria de la batería), es cuestionable su utilidad si sólo nos va a liberar de llevar dos bolsas de la compra, por lo cual su uso resulta más adecuado en casos particulares como los que se han mencionado antes, y no tanto para el consumidor medio. Con todo, Gita plantea un nuevo enfoque en la movilidad urbana, en el que ya no se trata de desplazar personas sino objetos, por medio de un vehículo inteligente que puede actuar como acompañante del usuario u operar de manera independiente, dentro de unos parámetros. En este sentido, plantea una serie de interesantes interrogantes respecto a su futuro desarrollo y la manera en que éste y otros robots van a interactuar entre sí y con su entorno, así como la manera en que los humanos nos relacionaremos con ellos.

Share: