Fundamentos del diseño de interacción
El término “diseño de interacción” (interaction design) se remonta a los años 80, cuando es empleado por Bill Moggridge para referirse al diseño industrial de productos digitales y por Bill Verplank para referirse a la aplicación de los principios del diseño de interfaces en el diseño industrial. El diseño de interacción se populariza en los años 90 y a lo largo de la última década se ha convertido en un aspecto esencial de la formación en diseño, a la vez que el propio término ha visto ampliado su uso a una amplia variedad de disciplinas (por ejemplo, diseño industrial, psicología, experiencia de usuario, interacción humano-máquina, arquitectura, y un largo etcétera). Partiendo de este carácter interdisciplinario del término y con la finalidad de ofrecer una aproximación al vocabulario que se emplea en los proyectos de diseño de interacción, Jammes Pannafino elabora en Interdisciplinary Interaction Design una guía visual centrada en los conceptos esenciales con los que trabajan los diseñadores de sitios web e interfaces de dispositivos digitales.
El libro se estructura claramente como una guía, dedicando una página a cada uno de los 68 términos escogidos, que se ordenan alfabéticamente y se enumeran en el índice. De esta manera, es fácil para un estudiante o diseñador ir directamente a buscar un término concreto y obtener una información general, apoyada por representaciones visuales sencillas, que le permitan entenderlo. Cada página es por tanto una ficha en la que se describe el término con un lenguaje coloquial y accesible, se indica a qué disciplina pertenece y se añade una representación visual que ayuda a comprender más fácilmente lo que indica la descripción. La guía incluye términos populares y largamente discutidos, como “prestaciones” (affordances), introducido por Donald Norman en su libro El diseño de los objetos cotidianos, así como otros más técnicos, tales como “breadcrumb trail” (traducido en ocasiones como “miga de pan” o “hilo de Ariadna”), comúnmente empleado en el diseño de navegación de sitios web.
En algunos casos, una ficha incluye diversos conceptos: por ejemplo, al referirse a la teoría de la carga cognitiva (Cognitive Load Theory), el autor hace referencia a dos términos relacionados y bastante conocidos, como son la regla de “mágico número 7” de George Miller, según la cual la memoria de una persona sólo puede retener siete elementos y por tanto es aconsejable limitar, por ejemplo, el número de ítems en el menú de un sitio web a siete o menos; y también la “sobrecarga de información” (information overload) a la que se refería Alvin Toffler y que es hoy en día un aspecto de nuestra vida cotidiana frente a las pantallas. Las ilustraciones tienen un papel esencial en este libro, puesto que lo hacen más atractivo para el lector que busque una información rápida y a la vez facilitan en gran medida la comprensión de los conceptos.
Si bien todos los conceptos implicados en el diseño de interacción no pueden cubrirse con un manual de estas características, el libro de Pannafino supone una herramienta de consulta útil que además dirige hacia otras fuentes de consulta en las que se puede profundizar en cada término.